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Xenotrasplantes, una luz al final del túnel

  • Foto del escritor: Alberto Aguirre de Cárcer
    Alberto Aguirre de Cárcer
  • 30 nov
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: hace 9 horas

Nuevas técnicas de edición genética impulsan la utilización experimental de riñones y otros órganos de cerdo en pacientes de EE UU y China


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Alberto Aguirre de Cárcer

Por primera vez en décadas, la comunidad científica asiste con un prudente optimismo a las investigaciones para realizar trasplantes de órganos de animales a humanos, como vía para combatir el insuficiente número de donaciones. Una cumbre científica celebrada el pasado mes de octubre en Ginebra fue el escenario donde se pusieron sobre la mesa avances sustanciales en el campo de los xenotrasplantes, como el caso de dos pacientes, uno en Estados Unidos y otro en China, que han vivido durante más de seis meses con riñones de

cerdos modificados genéticamente.


Un hito que no ha pasado desapercibido a los investigadores españoles, como el catedrático Pablo Ramírez, jefe del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo en el Hospital de La Arrixaca (Murcia). En el Aula de Cultura del diario LA VERDAD, el también director científico del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) avanzó que la Organización Nacional de Trasplantes tiene ya en su poder un proyecto de su equipo para trasplantar el hígado modificado genéticamente de un cerdo a tres pacientes en estado

especialmente grave por fallo hepático fulminante. El objetivo es mantener con vida a los enfermos durante un mínimo número de días, el suficiente hasta la consecución de un hígado humano trasplantable. El equipo de Ramírez tiene acreditada una experiencia notable en este ámbito, pues no en vano fue el primero del mundo en trasplantar con éxito un hígado de cerdo modificado genéticamente a un babuino en el año 2000.


La confianza en el futuro de los xenotrasplantes tiene mucho que ver con el impulso proporcionado por varias empresas de biotecnología y por los avances en la aplicación de la herramienta de edición genética CRISPR, que permite cortar y pegar ADN, inactivando u activando selectivamente genes. Una de estas empresas es la estadounidense United Therapeutics, que tiene en marcha un ensayo clínico con un paciente que acaba de recibir un riñón porcino con diez genes modificados. Hasta 69 ediciones genéticas tienen los riñones de cerdo que utilizará otra firma, eGenesis, el próximo año. En los planes de esta compañía estadounidense figuran también trasplantes experimentales en humanos de hígados porcinos previamente editados genéticamente. Y también, según precisa The New York Times, planea realizar trasplantes de corazones de cerdo a bebés nacidos con un grave defecto cardiaco.


Los investigadores de eGenesis explican que aprovechan las últimas innovaciones en las tecnologías de edición genética para abordar los desafíos históricos de los xenotrasplantes. Por una parte, existe el riesgo de infección entre especies, pues existe un retrovirus en el genoma porcino que es inofensivo para los cerdos, pero que podría potencialmente invadir y atacar a las células de los pacientes humanos. Y luego está el rechazo de nuestro sistema inmune a los órganos de cerdo injertados. “Inactivamos todas las secuencias de un retrovirus endógenos dentro del genoma porcino, lo que evita la transmisión de virus del cerdo al ser humano. Además, utilizamos procesos de producción animal que son bioseguros y libres de patógenos” para evitar la transmisión de otros virus.


En concreto, esta empresa introduce hasta siete genes humanos y elimina tres genes porcinos y 59 fragmentos adicionales de ADN con sus tecnologías de edición genética, tanto para evitar retrovirus como para reducir el riesgo de rechazo inmune. Se trata de innovadoras herramientas de biología molecular que permiten realizar múltiples modificaciones precisas simultáneamente en una sola célula de cerdo, que luego se incorpora a un embrión que es clonado y posteriormente implantado en una hembra para que sus lechones nazcan con estas ediciones genéticas que persiguen evitar el rechazo inmunológico y una posible infección vírica.


“Creemos que nuestra plataforma de edición genética eventualmente reducirá o eliminará la carga de la inmunosupresión postrasplante. Y algún día, los órganos defectuosos serán reemplazados con la misma previsibilidad y éxito que se observan hoy en día con los implantes de cadera o rodilla”, afirman en eGenesis. El santo grial en este campo es la producción de órganos trasplantables que no requieran inmunosupresión en los pacientes. Pero esa meta aún está muy lejos.


Los avances, no obstante, se suceden, Durante casi 9 meses, un hombre llamado Tim Andrews ha estado viviendo con un riñón de cerdo creado por eGenesis y que le fue trasplantado en el Hospital General de Massachusetts. Finalmente, la modificación genética y los medicamentos inmunosupresores que le fueron administrados no pudieron evitar el rechazo del sistema inmune al riñón injertado. Pese al desenlace final, los investigadores consideran todo un éxito esta intervención, que supuso un nuevo récord de supervivencia con un órgano porcino. Una vez retirado el riñón, este paciente de 67 anos volvió a someterse a diálisis y está a la espera de un órgano humano.


Los objetivos de la otra empresa estadounidense que está en la carrera de los xenotrasplantes, United Therapeutics, son igualmente ambiciosos. Trabaja ya en un ensayo experimental que planea incluir hasta 50 pacientes. En Estados Unidos hay más de cien mil personas en lista de espera para trasplantes y se calcula que en este campo hay un mercado valorado en 15.000 millones de dólares. China también está apostando por los xenotrasplantes, centrándose también en órganos porcinos, que son especialmente interesantes porque su tamaño y funcionalidad son similares a los órganos humanos. Este año, una mujer de 69 años con insuficiencia renal crónica vivió 171 días con un hígado de cerdo modificado genéticamente. Y en los planes de las autoridades chinas hay ya un plan detallado para crear una gran fábrica de cerdos editados genéticamente con vistas a futuros xenotrasplantes.


La información manejada en la cumbre científica de Ginebra indica que este campo se encuentra en un punto de inflexión, aunque todos los investigadores saben que tienen por delante aún muchos obstáculos. En los estudios realizados todavía se detecta una fuerte respuesta inmunitaria a los órganos porcinos y se ha constatado la formación de coágulos en las venas de los riñones trasplantados. El riesgo de que los pacientes puedan verse infectados con virus porcinos no es del todo descartable, pese a que los órganos son previamente examinados para detectar hasta dieciséis posibles patógenos.


Como recuerda The New York Times, rastros de un citomegalovirus que causa infección en cerdos fueron detectados en el primer paciente que recibió un corazón porcino modificado genéticamente. Precisamente, en la conferencia de Ginebra se comunicó la detección de ARN de un virus porcino en los fluidos corporales de un trasplantado con un riñón de cerdo en Nueva York. El virus se llama pestivirus porcino atípico y no está vinculado con enfermedades en humanos.


Así pues, el optimismo de los investigadores que trabajan en este campo sigue entreverado de una gran cautela, aunque todo indica que nos encontramos en la antesala de lo que puede ser una revolución en un área biomédica crítica por la gran necesidad de órganos para trasplantes en todo el mundo.

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